Los Principios de los Milagros.

29.5.25 – Mattá

 

1.»No hay grados de dificultad en los milagros. No hay ninguno que sea más ‘difícil’ o

más ‘grande’ que otro. Todos son iguales. Todas las expresiones de amor son máximas.»

 

Hola y bendiciones a los hijos de luz y paz.

Bendiciones por vuestro consentimiento que asciende y se eleva en las alturas.

Esta enseñanza se entrega a mis alumnos sedientos de conocimiento, por ser de suma importancia el conocimiento de los milagros tal como fueron transmitidos.

Es evidente que no existe una visión del mundo sobre los milagros que sea parecida en absoluto, aunque sea por el sólo hecho de aceptar que existen. De hecho, la visión del mundo es opuesta; y por eso los milagros no se han entendido como fueron propuestos. Para eso, se requiere una clarificación. El estudio profundo del Manual y la comprensión correcta de los milagros, tal como fueron transmitidos es bastante profunda y amplia, sin embargo, quedan aún los Principios de los Milagros, transmitidos como ideas de sanación completas y unificadas, precisas y claras, que atesoran en ellas todas las Ideas del Cielo, de acuerdo con la entrega de Su Enseñanza.

He transmitido en muchas ocasiones la necesidad de la enseñanza y la llamada del Hijo a un despertar absoluto.

Estos principios están destinados a ampliar las ideas y profundizarlas mientras resuena Su Llamado en todas las mentes.

La forma de transmitir las ideas invita a una nueva contemplación. Pues su esencia requiere apertura de mente y su comprensión no es por el camino del pensamiento habitual.

 

Siendo así, salgamos al camino.

Los principios estarán ordenados de acuerdo al orden de aparición y transmisión. Se necesitarán encuentros semanales durante todo el período de estudio.

Nuestra posibilidad es esta: profundizar el conocimiento en la doctrina de los milagros conociendo que somos hacedores de milagros, junto con Él.

Los milagros son naturales, pero se requiere una visión unificada para traerlos al mundo, que se manifiestan como patrones de una Presencia Celestial en un mundo que se ve en paz.

 

Siendo así saldremos de viaje detrás del conocimiento de los milagros como la posibilidad natural y única para que el Hijo de Dios se vea a sí mismo y a su hermano tal como fue creado, así como vinieron a ser para él un recordatorio de sanación, en su consentimiento mutuo de volver hermano tras hermano a casa, a los valles de la paz.

En los milagros no hay grados de dificultad. Significa que no es posible estimar la viabilidad de los milagros o la secuencia de su aparición. No existe medida ni dimensión alguna que pueda ser percibida por la mente que busca medir y contar. Este mismo intento nos muestra con certeza que una percepción completa es imposible. Pues la comparación no pertenece al ámbito de la percepción completa.

Los milagros son todos iguales, porque fueron pensados de una sola manera. El Amor que hizo que sean posibles es siempre el máximo, porque proviene de Él. El Amor de Dios es lo que contiene en sí toda la posibilidad de los milagros como uno, desde una visión integral que atesora la idea de que la visión de los milagros será siempre una expresión de Su Amor; y nunca podrá ser distinguida o separada, parcial en su existencia o desigual en la visión de los milagros hacia un hermano, diferente de otro hermano. Dado que se expresan dentro de sistemas de relaciones, los milagros deben ser integrales al presentarse, y pueden manifestarse sólo de forma equitativa. Las expresiones del amor necesariamente serán máximas e iguales, porque no pueden existir diferencias en una visión unificada.

He aquí un ejercicio para traer los milagros a una visión unificada y equitativa, sin diferencias, y en su percepción correcta tal como fueron destinados:

Piensen en un hermano a quien desean otorgar el regalo de la paz.

Claro que este hermano espera en vuestras mentes a ser recibido en conocimiento unificado; porque su entrega se basa en la igualdad, y porque no es posible recibir la paz sin entregarla.

 

Y ahora examinen de forma igual si existe en vuestro entorno y en el entorno de vuestro pensamiento un hermano que no sea digno de recibir el regalo de la paz, y que la paz no es digna de ser entregada por él. Si tal idea surgió en vuestro pensamiento, significa que la paz nunca fue entregada y que el milagro de su recepción nunca ocurrió jamás.

Claro que esto es imposible por ser la paz que fue entregada por Dios mismo. Por eso, aún si vemos que existe tal juicio, se entiende desde la visión milagrosa, que mientras se entregue la paz, esta puede ser entregada sólo de forma integral, en su máxima expresión del milagro que la paz destinó.

El pensamiento dividido no es posible en la recepción de los milagros y por lo tanto, el principio de igualdad debe ser claro y comprensible para todos.

Vuelvan y otorguen el regalo de la paz en igualdad, ahora en un pensamiento que incluya todo.

Los milagros en su recepción y entrega vendrán de forma unificada y sin diferencias.

Los grados de dificultad no son posibles.

Con esto llegamos a la clarificación de este tema.

Bendiciones y paz, mis alumnos puros.

Bendiciones por la recepción de mi enseñanza que se expandirá sin medida en el consentimiento de Sus Hijos para volver en ella,

y unirse en un camino que conduce correctamente hacia la paz.