De la ciudad santa la luz se elevará y lavará las mentes de los que duermen.
De todos esos que duermen, y sueñan, que tienen ideas de pecado, de culpa y de castigo.
Los temerosos, los cansados, los que se pierden en la oscuridad.
Lo iluminará todo, y lavará los falsos pensamientos de todas las mentes.
Y todo se disipará en la Luz de Dios.
Y la bendición descenderá a la tierra,
Y la tierra será sanada de la carga de rigor y pena, disputa y lucha.
Y el agua brotará desde los pozos.
El agua subterránea se elevará y correrá, y mitigará la sed de la tierra.
Y la paz será conocida en todas las naciones.
Porque los días de paz se acercan,
en que Sus Hijos se unirán en Su Amor.
Y todos los enemigos mortales verán en Su benevolencia,
y todos los soñadores despertarán de su sueño inquieto,
porque la paz vendrá a la tierra.
Hijos míos, rezad una oración,
una oración de paz.
Te doy gracias, Dios,
por todo el bien que Tú me has dado en mi mundo.
Por la gracia de la creación que Tú Creaste con Amor,
para mí, Tu Hijo, que te conoce en paz.
Me uniré contigo, Padre.
Conoceré Tu Santidad y la mía.
En la Mente Una me creaste, y sabré que la paz es mi herencia.
Padre mío, gracias por todos mis hermanos que caminan a mi lado,
que eligen mi paz en este momento, cuanto todo tiempo se reúne en uno.
Gracias, Padre mío, por tus Regalos, Tu Honestidad, Tu Amor.
Gracias por dejarme conocerte ahora, en mi consentimiento.
Bendice y alaba el buen Nombre.
Bendice Su Poder, la gloria de sus Acciones.
Hermanos míos: bendecid, y nosotros seremos bendecidos.
Bendice la Gloria de Su Nombre en paz.