Te entrego palabras de bendición
en este santo día.
Yo escucho la plegaria, la plegaria
del corazón para la paz.
Perdonad, amados hermanos y
hermanas, aprended a perdonar.
Ofreced el regalo del perdón a
vuestra mente.
Reuniros juntos para orar por la
sanación.
Éste no es un día de juicios, sino
de aceptación.
Tu amoroso Padre os acepta
limpios y puros tal como sois, como
siempre habéis sido, desde la
Creación hasta la eternidad.
Volved a Él, mientras recordáis que
sois inocentes, inocentes y santos.
Aprended a perdonar todo y
cualquier otro pensamiento, todos
y cada uno de los errores.
En este día uníos en un único
perdón, entendiendo que no hay
condenación, sino sólo amor.
Comprendiendo que la Expiación
es aquél perdón absoluto, absoluto
en cuanto a todos los
pensamientos, a todos los errores,
a todo aquello que hubo y que será
en el futuro.
Dios el Padre os invita en este día
a presentar el perdón a vuestra
mente y a aceptar la idea de la
inocencia como vuestra propia.
Este es un día de santidad, en el
que las oraciones se unen, y las
mentes están abiertas a recibir el
amor del Padre, en este día.
Recordad Su Amor, porque es
vuestro amor.
Recordad Su perdón, porque es
vuestro perdón.
Recordad Su Santidad, porque es
vuestra santidad.
Recordad que Él es Único y
vosotros uno con Él.
Las puertas del Cielo están
abiertas.
Recitad vuestras plegarias, que
están desprovistas de toda culpa.
La paz de Dios, emplazada en tu
mente, esta pidiéndoos que
olvidéis cualquier idea de culpa,
cualquier pensamiento que
confundisteis con la verdad.
Os invito en este día para que
despertéis a la santidad de la
verdad y al conocimiento de la
inocencia.
Y la aceptación del perdón como
regalo de perfección y de belleza
que Dios el Padre comparte con
vosotros, Sus amados hijos.
Sarat Hashalom ( Princesa de la
paz – Efrat Sar
Shalom),caminando sobre mis
huellas en el Camino de las Rosas,
Lleva Mis bendiciones. Lleva mi
regalo, el regalo de la paz para
cada hermano y cada hermana.
Mantén en tu mente el regalo de la
inocencia, en este día Santo.
Entrega mi bendición a todos y a
cada uno.
Te bendigo con la paz.
Os bendigo a ambas con la paz.
Lleva mi bendición a donde quiera
que vayas y estés, sea en una
sinagoga, en una iglesia, en todos
los lugares de congregación, en
todos los lugares de culto. Lleva mi
bendición contigo. Yo os bendigo a
ambas por vuestro consentimiento
a llevar la bendición de la paz, mi
bendición donde quiera que estéis.